El pasado 1 de febrero despedimos a Mons. Armando Santamaría, sacerdote de nuestra Arquidiócesis que dedicó seis décadas de sus 84 años a servir a Dios desde el sacerdocio, buscando siempre la dignificación de los más vulnerables y la evangelización desde la ternura.
Su legado de entrega y amor infinito por sus beneficiarios son recordados hoy por tantos cuyas vidas fueron transformadas a través de la educación y el cariño con el que Mons. Santamaría direccionó las instituciones que tuvo a su cargo, entre esas Hogares Infantiles San José, Granjas Infantiles de Jesús Obrero y Hogares de Acogida Belén.
Recordamos que también sirvió a nuestra Iglesia particular desde la docencia y fue párroco de varias parroquias como la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Candelaria por quien tenía una gran devoción.
En la celebración de sus exequias, que tuvo lugar en la Catedral Basílica Metropolitana, Mons. Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín, exaltó su servicio a las comunidades, a los sacerdotes, a la Arquidiócesis y a los más necesitados, especialmente los más pequeños. “Que linda es una vida que se vive por el Señor, que linda es una muerte en la que se muere en el Señor”, apuntó.